Érase una vez la etiquetadora: nuevas funciones de etiquetado inteligente en la vida cotidiana

El uso de etiquetas está muy extendido hoy en día, ya que responden a necesidades prácticas específicas, sobre todo en relación con el muestreo, el almacenamiento y la manipulación de objetos de todo tipo. Tiene orígenes antiguos y ha evolucionado considerablemente gracias a la aportación del proceso tecnológico.

Qué es una etiquetadora

Una máquina etiquetadora es un dispositivo capaz de producir una etiqueta utilizando una tecnología de impresión especial; por extensión, el término también identifica dispositivos que ejecutan únicamente la fase de etiquetado, es decir, la aplicación de la etiqueta a un sustrato específico. Hoy en día, la etiquetadora es mucho más que eso, ya que interactúa de forma multicanal con múltiples dispositivos y las tecnologías más avanzadas, haciendo que el proceso sea sencillo, fluido, rápido e intuitivo. Conozcamos su nacimiento, desarrollo y ámbitos de uso.

Historia de la etiquetadora

Las etiquetadoras modernas representan la evolución de los sistemas utilizados desde la introducción del proceso de impresión offset, inventado por Robert Barclay en 1875. A partir de entonces, las etiquetas -que antes se imprimían con sellos de madera o metal- empezaron a fabricarse en rollos. Pronto se convirtieron en autoadhesivas, cambiando radicalmente los procesos de etiquetado. Con la llegada de la impresión digital a principios de la década de 2000, las etiquetadoras se hicieron más compactas y sofisticadas, gracias al uso de diferentes tecnologías (inyección de tinta, UV, tóner seco).

Etiquetado para mejorar la facturación

Cómo la etiquetadora cambió la vida cotidiana y el trabajo

Las etiquetadoras desempeñan un papel fundamental en muchos aspectos de la vida cotidiana, no sólo en el ámbito profesional. De hecho, las etiquetas hacen que los productos sean inmediatamente reconocibles (por eso son un recurso primordial para el marketing) y son un vehículo para una gran cantidad de información: basta pensar en las etiquetas que se encuentran en los alimentos o los cosméticos. Además, el etiquetado es esencial para procesos sectoriales como el muestreo, el archivo y el almacenamiento.

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Etiquetadoras: las principales funciones inteligentes

Las etiquetadoras modernas disponen de diversas funciones inteligentes. Esto significa básicamente que estos dispositivos pueden conectarse a la red Wi-Fi o conectarse a otros dispositivos a través de Bluetooth. Además, las etiquetadoras inteligentes pueden gestionarse mediante un software especial para crear etiquetas «ad hoc», funcionales a requisitos técnicos y prácticos bien definidos, o para imprimir a partir de una base de datos.

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¿Qué hace que una etiquetadora sea competitiva, eficaz y funcional?

Para responder lo mejor posible a las necesidades actuales de impresión de etiquetas, las etiquetadoras deben poseer una serie de prerrogativas, para ser eficaces y funcionales. En primer lugar, deben ser aptas para el uso previsto, es decir, permitir imprimir etiquetas adecuadas (en tamaño, formato, color y contenido) para un uso específico. En segundo lugar, una etiquetadora funcional debe ser inteligente, para permitir su integración con otras tecnologías, y/o portátil: la movilidad también contribuye en gran medida a agilizar los procesos de etiquetado y el trabajo relacionado.

Ámbitos de utilización de las etiquetadoras

Las etiquetadoras se utilizan en cualquier contexto en el que sea necesario identificar o catalogar objetos, productos y materiales. Por consiguiente, estos dispositivos se utilizan en laboratorios médicos, farmacias, tiendas minoristas, almacenes y cualquier otro contexto en el que sea necesario producir y aplicar etiquetas a artículos o envases. Este requisito está vinculado a diversos procesos como, por ejemplo, el muestreo, la gestión de inventarios y existencias o la fijación de precios de artículos para la venta.

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